martes, 31 de diciembre de 2013








Amar en los caminos

Esta no es una historia triste. No reclama violines ni espera ser leída con aires de humedad. Como todo lo que parece destino es la historia de dos hombres uncidos por el azar. Ocurrió que un día al salir del pueblo el miedo a morir a distancia los sorprendió con un grito.


El miedo simple y nunca dicho acurrucado en el adiós explicaba cada encuentro entre estos dos amigos del destierro. Acaso porque sólo en la soledad de los campos Dios se anima a levantar su pollera y a cielo entero desnudarse en estrellas, también en la noche los sapos salen a cantar a pesar de su histórica fealdad. Será que por esto es extraño ver a un hombre llorar si no es a solas con su soledad.


Porque la noche es un ensayo de muerte o esta multiplicación de días 

en perpetua luminosidad la obligación del hombre con sí mismo
es quererse en improvisados caminos y echar a andar
y la incondicionalidad de hombre a hombre
o mujer es no mentir al sol u ocultar la piel de su flor.

Por esto no se trata esta una historia triste y de ninguna manera pretende estar escrita con tintes de sal. Porque los sentimientos sinceros entienden de distancias

de quererse en la tierra como transitar el cielo sin dejar huellas
de echarse y dejar andar.






domingo, 15 de diciembre de 2013








A Cuba, incansable, invisible, donde voy


Besos en tus dedos

que caminan como dos gorriones

buscando no se qué en nuestro suelo

besos sin carteles cayendo

por las esquinas de tus labios

besos en tu boca de aquí arriba

y en tu boca de allá abajo.

Besos en tu cintura por tus costados

se asoma el mundo detràs de tus tapiales

se besan los principiantes con tus gatos y rosales

y tu sulfato de animal jadeante

Besos y sosiego en el reposo y silencio del pueblo

besos permutados hipotecados alquilados

en la ciudad de los diablos tu cuerpo es un sin fin

de ángulos que no han besado

otros hombres apresurados.

Besos en el rojo de tu frente y en el blanco de tu nuca

beso el polvo de la luna

besos

entre la gente echa a sí misma

la revolución es cambiar el dolor por la risa

Besos

que llueves

besos

que alumbras

Besos

que ríes

Besos

que sudas

Besos

que escribo

mientras

revivo

tus besos

respiro y apuro con temor pero seguro

el vino de tus besos.