jueves, 27 de septiembre de 2012

Rosado reloj de enero

Rosado reloj d
e enero
no sé si es en memoria de tu piel
o tu pollera tejida por las aves
que camino por la calle con la levedad de un ángel
que pisa un cielo sin fondo
apetalado nido de tela aromada
que agitó las alas de la tarde cernida a tu pollera

tu pollera que estremece la nostalgia
es tu palma en la tierra del alma
tu pollera
que escondía un horizonte trazado entre tus piernas
bajo tu pollera se asomaba la noche
cocinaba el verano
y junté leña para el invierno

donde sacudía la tarde en el pueblo bajo tu campana
como una flor de fuego
tu pollera inventó el viento
con sus voces y arrebatos
puso el sonido del mar en la copa de los álamos

tu pollera carnaval de la tierra
campana de la risa campana de fuego
tu pollera y sus dos agujas
antes de ti no existían medidas para el espacio
noción del paso del tiempo
donde duermen caracoles
.

miércoles, 19 de septiembre de 2012






En qué cementerio del olvido te enterramos.
En qué horizonte sangrado se apagará tu grito perpetuo
y esta historia del país por qué costado nos pasó
tarde o temprano los huesos van al mismo corredor
hacia el rincón de tu mirada aquella tarde de sol
después de pronunciar las palabras justas
hinchadas de muertes que respiran 
como cuerpos inflados de sol
dónde dormirás en esta noche de la historia que narraste
de palomas bajo el mar
y pichones sin nido del olvido ni perdón
mientras al país le falta una generación
de dirigentes, niños y mujeres
hoy tu partida forzada es una bala
en el corazón del pasado
florece nuestro jardín de espanto signo atroz del futuro
que la ideología es el parto de la sangre
descalza busca calor tan ausente en estos días
la pregunta primera, la mas blanca se perdió. Dónde está el mundo
qué será de nuestros niños qué será de vos
Señor
mientras Marcelo vos y yo bailamos
Jorge Julio López busca un corazón.

lunes, 17 de septiembre de 2012

No existe ese azul llamado tristeza. No busquen tal cosa.
Los ríos no se distraen en dar de beber a tu espalda
inventan nubes y tormentas
en los picos de los pájaros se aprietan nidos, frutas, paisajes de agua,
no necesitan para volar escribir la palabra libertad
sino que rompen la copa del árbol de cristal como alegría entre las manos.

Porque mientras los hombres pierden tiempo en salarse el ánimo
la madera cuenta los años de su alma en anillos de madera
giros de luna alteran los mares y dirigen las ballenas
trazos de estrellas encienden planetas de polvo
otoños y primaveras hierven en volcanes de palabras
veranos e inviernos bocetan el destino de las abejas.

Cosa muy distinta es que el mar esté lejos, ella esté lejos
el mar rodée su cuerpo
con su brazo de fuego azul
y en sus ojos de mar, lejos
naveguen barcos muertos

dentro de uno de ellos, lejos
un hombre se ahoga en la boca de una mujer.
Porque es aquí donde se pueden olvidar los sueños,
perder los zapatos y hasta la historia del mundo
es un hombre dentro de una mujer y así sucesivamente

los barcos lanzan redes tejidas con su pelo
contra el hambre y el viento
silencioso laberinto de niños que flota
en el mar cotidiano que llevamos dentro
el sol hierve
en los ríos azulados de su mar
en la cuna de su pecho circular
no existe la tristeza, vean,
yo les presto esta mujer con que sueño para que rían con ella.

miércoles, 12 de septiembre de 2012

Pelo rojo


Pelo rojo catarata porqué te enredas en las agujas del reloj
detienes la sangre del tiempo 
envuelves el cielo de esta manera
y techas los pueblos con pájaros en cuya voz corcovean caballos
si ya bajo los brazos de Vicente Rojo dos fusiles se quebraron con gritos de plomo

por defender su república durante la guerra civil
tus dos rodillas se doblaron en las costas del faro que se levanta mas allá de mi ombligo
Cuba es una herida solitaria y volcánica pues ningún otro país la siguió
sino que todos los países elegimos el camino de lastimarnos hacia adentro

aquí está también la explicación de tu exilio y soledad Vicente   
que con tu partida adornaste las aulas de Bolivia  para regresar
callado y mas viejo con flores a Madrid
en el ‘58
otro Vicente Rojo esta vez mexicano se desnudaba
con su pintura figurativa  quizá para orientarse
en la oscuridad caótica de este mundo gris bañado de marionetas con pantallas en las alas
te encontré igual a un pintor gracias al juego de colores y geometrías

logré orientarme en estos tiempos en que el verdadero matiz de la locura
devela los engaños 
es necesario pasar por demente y sostener el corazón crepuscular 
ser distinto frente a los espejos de carne sin pared que se ríen
ser distinto
porque los iguales no transforman el mundo aquí

danzan las aves al interior del frasco ensangrentado que es el cielo
y el mar rojo se inclina hacia las costas occidentales de Arabia
en tu novela Rojo y Negro Julien Sorel
comprendo ahora tu frágil deseo de ascenso 
al trepar hacia la boca atardecida de floripondios
baja por las venas el color de los telones transparentes donde te escondes

detrás de la frontera de un sueño lento
disminuye el tono vascular periférico
pero se paran los Guardias Rojos cuando Mao Zedong deja caer sus párpados
para vaciar los ojos de dólar a Washington luego de arrancarle el pico en Vietnam
not ie 

aún no me rindo simplemente callo mi boca con tu piedra estomacal atada
a las alas del paraguayo Liberato Rojas derrocado por su propio partido
ellas guardan algo tibio aún y no es sólo tu voz
tampoco tu campanilla genital
que suena en el silencio de este rojo rincón de la historia que supo opacar
un venezolano pintor Cristóbal Rojas con el infame ladrón de Cristóbal Colón

reivindico su calavera sin sal 
su mar sin carabelas
la tinta que abrió sus piernas para que pueda parir dos libros
La muerte de Girardot y El purgatorio
de este país de pulso acelerado con nombre de metal y flor en que te escribo sin respirar
reivindico tu cabello rojo catarata.
Atardecer. 

martes, 4 de septiembre de 2012

Tu cabeza

Cuando el abuelo nos invitaba a almorzar y degollaba las gallinas nos quitaba el hambre. El animal corría a oscuras bajo el sol y golpeaba contra las paredes y los árboles del patio, daba algunas vueltas alrededor de
la bomba de agua escupiendo sangre como una fuente, y caía rendido. Recuerdo ésto porque es lo que debería haber hecho contigo la última vez que viniste de visita. Aprovechar el eclipse de luna para ocultar tu cuerpo en el galponcito del fondo luego de cerrucharte el cuello con la pala de lata que dejó abandonada el viejo malparido que me cobra el alquiler, y esperar que cante el gallo de cresta más roja para colgarla de la rama mas fecunda del ciruelo. Una vez que la última gota de tu sangre haya dado de beber a su raíz, en la pequeña bandeja de bronce traída de la India que cuelga sobre el marco de la entrada principal de mi casa te peinaré con un caracol traído de Cabo Polonio y llevaré a la cama, hay que darle de tomar vino a tu cabeza hasta barrer con la última uva de la tierra mientras leemos poemas de Pizarnik hasta marear el amanecer. Repetiremos hasta aprender de memoria aquella que dice en su última estrofa: “... te remuerden los días, te culpan las noches, te duele la vida tanto tanto, desesperada, ¿a dónde vas?, desesperada ¡nada más!”. Creo se llama “La enamorada” y está en la página cincuenta y tres de su obra poética completa, en una edición a cargo de Ana Becciu. ¿Becciu querrá decir “beso” en Maorí? El Maorí se habla en Tahití, donde Gauguín escribió sobre la puerta de su casa “Tefarurú”, esto es, “Aquí se hace el amor”. Tahití será el lugar donde nos iremos a vivir tu cabeza y yo. Pasaremos las tardes de mar adornados con collares de flores bordadas, comeremos cangrejos y de postre, melón rosado. También leeremos aquella poesía que reza: “Hay que salvar al viento. Los pájaros queman al viento en los cabellos de la mujer solitaria que regresa de la naturaleza y teje tormentos. Hay que salvar al viento.” ¿De tus cabellos? Hermosa mujer de lengua larga y fuego lento, mientras yo toque guitarra, reposada tu cabeza en la almohada susurrará mis alegres tormentos, aquellos de lobo en la cresta de la noche que hasta ayer fue sólo un sueño. Amo tu cabeza. Mi fascinación por ti es como la de comer pescado pero al revés: lo que menos me interesa es tu cuerpo. Por lo que me comeré tu cabeza y donaré lo demás a la carnicería “El uruguayo” que está a la vuelta de la esquina. Hay que repartir el pan. Soñaremos juntos, conversaremos dormidos hasta entrada la noche junto al esqueleto de las palabras que tengo vedadas. Dado que me considero un tipo vergonzoso, te sacaré los ojos delicadamente con una tapita de licor de dulce de leche para que no puedas verme desnudo por la mañana y me los comeré. ¿Ojos de pescado con dulce de leche? Si. ¿Acaso nunca han visto a una piraña hincarle el diente a una sirena? Despertaremos para besarnos cuando despunte el rocío, iré al trabajo. De regreso... herviré tu cabeza en el arroz que doy de comer a los perros y en la segunda noche colocaré tu calavera a los pies del jazmín para que en su interior canten los grillos. Al tercer día resucitarás como Jesús a quien todos creyeron muerto y te dejaré dormida en la puerta de tu casa. Nunca recordarás lo ocurrido.